PROHIBIDO PROHIBIR

El domingo 25 de setiembre de 2011 se consumó uno de los más grandes triunfos de la hipocresía. Un ejemplo de la política usada como la más vil de las armas contra una actividad incapaz de defenderse.

Triunfo avalado por una sarta de indocumentados e ingenuos tontos útiles.

Ayer se le puso un arbitrario punto final (o seguido) a las corridas de toros en Barcelona, decretado el año pasado por el Parlament Catalán.

Y no señores, este no es un triunfo de los defensores de los animales, de los animalistas ni de los que protestan por esta "bárbara" actividad. Esta es la victoria de los políticos catalanes en su lucha por desligarse de todo lo que represente España. Claro, lo más fácil es bajarse las corridas de toros porque para eso tiene una sarta de activistas (de los cuales, seguramente, el 95% no tiene ni puta idea de nada y viven repitiendo las mismas mentiras infantiles de siempre) que les sirve de ejército zombie para sus intereses. Tontos útiles que decía. Difícil bajarse, por ejemplo, el flamenco porque cómo lo justificas, ¿no?

¿No me creen lo de diferenciarse de España y tratar de eliminar lo típicamente español del territorio catalán? Pues miren:

Pero claro la hipocresía de los catalanes no tiene límites. Vayamos, primero, con un ejemplo ajeno a los toros. Su fútbol. Sí, ese equipo alucinante que tienen, el Barcelona. Bueno, pues esos mismos catalanes que celebran los goles de Eto'o, de Rivaldo, de Ronaldinho y demás cracks son los mismos catalanes que en las noches persiguen inmigrantes en sus calles para reventarlos. ¡Qué consecuentes! Un contraejemplo de nacionalismo consecuente (más allá de que me parezca igual una cojudez): el Athletic de Bilbao solo tiene en sus filas a jugadores vascos.

Otro ejemplo de la coherencia y consecuencia de los catalanes, el 13 de setiembre de 2009 se convocó a un referéndum en todo el territorio catalán para votar por su independencia (¿Estás de acuerdo en que Cataluña sea un estado de derecho, independiente, democrático y social, integrado en la Unión Europea? decía la pregunta a responder). ¿Saben cuánta gente fue a votar por su reclamada independencia? Menos del 30% del universo de posibles electores. ¡Qué independentistas! ¡Qué valientes!

Ahora vayamos a los toros. A ver amigos animalistas, ¿se sienten ganadores? ¿Admiran a los catalanes por evolucionados y cultos y sensibles y respetuosos de la naturaleza? Miren esto:

Y la más brava:

(Acá sí que el toro la debe estar pasando de puta madre, ¿no?)

Bueno, ¿saben de qué son estas fotos? Pues de una actividad llamada el Correbous (en su versión del bou embolat), tradición perteneciente a la tauromaquia catalana y, adivinen qué;, sí, esta práctica está totalmente permitida y blindada por las mismas autoridades que prohibieron las corridas de toros. ¿El argumento? Lo que están pensando, esto es una tradición catalana y, por tanto, está autorizada, celebrada y es de puta madre.

Antitaurinos del mundo, los catalanes les han metido el dedo. Eso sí que podría convertirse en una tradición de la antitauromaquia.

A manera de contraparte, solo comentarles que en abril, el gobierno de Francia, el llamado (con razón o sin razón, da igual) país más culto del mundo, inscribió las corridas de toros como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial francés para "proteger la cultura taurina de Francia y afirmar el aspecto cultural de esta tradición en doce departamentos".

Concluyo esta primera parte (la segunda estará dedicada solo a los antitaurinos confundidos pero de buen corazón y, sobre todo, a los hipócritas que los manejan) diciendo que las prohibiciones sólo son reflejo de la intolerancia y es el camino inverso al que debemos andar para ser mejores personas.

Ah y ojalá el Barza no gane nunca más nada.

PD: a que esto es más bonito y peligroso que prenderle fuego a un toro amarrado:

(Morante de la Puebla lanceando a la verónica y Rafaelillo instrumentando un pase de pecho a un toro de Dolores Aguirre)